sábado, 12 de enero de 2008

jueves, 3 de enero de 2008

Primera vez que creo algo asi

Pues como no se me ocurre nada para escribir solo dejaré un pequeño poema de Xavier Villaurrutia.

DÉCIMAS DE NUESTRO AMOR
IA mí mismo me prohiborevelar nuestro secretodecir tu nombre completoo escribirlo cuando escribo.Prisionero de ti, vivobuscándote en la sombríacaverna de mi agonía.Y cuando a solas te invoco,en la oscura piedra tocotu impasible compañía.
IISi nuestro amor está hechode silencios prolongadosque nuestros labios cerradosmaduran dentro del pecho;y si el corazón deshechosangra como la granadaen su sombra congelada,¿por qué dolorosa y mustia,no rompemos esta angustiapara salir de la nada?
IIIPor el temor de querermetanto como yo te quiero,has preferido, primero,para salvarte, perderme.Pero está mudo e inermetu corazón, de tal suerteque si no me dejas vertees por no ver en la míala imagen de tu agonía:porque mi muerte es tu muerte.
IVTe alejas de mí pensandoque me hiere tu presencia,y no sabes que tu ausenciaes más dolorosa cuandola soledad se va ahondando,y en el silencio sombrío,sin quererlo, a pesar mío,oigo tu voz en el ecoy hallo tu forma en el huecoque has dejado en el vacío.
V¿Por qué dejas entrever una remota esperanza,si el deseo no te alcanza,si nada volverá a ser?Y si no habrá amaneceren mi noche interminable¿de qué sirve que yo hableen el desierto, y que pidapara reanimar mi vida,remedio a lo irremediable?
VIEsta incertidumbre oscuraque sube en mi cuerpo y quedeja en mi boca no séque desolada amargura;este sabor que perduray, como el recuerdo, insiste,y, como tu olor, persistecon su penetrante esencia,es la sola y cruel presenciatuya, desde que partiste.
VIIApenas has vuelto, y yaen todo mi ser avanza,verde y turbia, la esperanzapara decirme: "¡Aquí está!"Pero su voz se oirárodar sin eco en la oscurasoledad de mi clausuray yo seguiré pensandoque no hay esperanza cuandola esperanza es la tortura.
VIIIAyer te soñé. Temblandolos dos en el goce impuroy estéril de un sueño oscuro.Y sobre tu cuerpo blandomis labios iban dejandohuellas, señales, heridas...Y tus palabras transidasy las mías delirantesde aquellos breves instantesprolongaban nuestras vidas.
IXSi nada espero, pues nadatembló en ti cuando me vistey ante mis ojos pusistela verdad más desolada;si no brilló en tu miradaUn destello de emoción,la sola oscura razón,la fuerza que a ti me lanza,perdida toda esperanza,es...¡la desesperación!
XMi amor por ti ¡no murió!Sigue viviendo en la fría,ignorada galeríaque en mi corazón cavó.Por ella desciendo y noencontraré la salida,pues será toda mi vidaesta angustia de buscartea ciegas, con la escondidacertidumbre de no hallarte.